¿Qué se hace con los cadáveres de los fallecidos por Coronavirus?

49,279 personas han fallecido a causa del COVID-19 alrededor del mundo. La cifra de infectados alcanzará el millón en cuestión de días. Países considerados como potencias mundiales y con un sistema de salud de primera categoría se han visto rebalsados, llegando a tomar medidas extremas para salvar a la mayor cantidad de gente posible. Pero cuando los números de fallecidos empieza a escalar, las medidas para el manejo de los cadáveres también se pueden poner controversiales.
Hay muchos mitos circulando al respecto alrededor del mundo, pero lo cierto es que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) elaboraron un protocolo a seguir en estos casos. En países como El Salvador, que aún cuenta con pocos casos de fallecidos por el Coronavirus (2 a la fecha), se debe seguir dicho protocolo.
El IML, dependencia de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), explicó que el protocolo que utilizará en el tratamiento de los cadáveres de víctimas del coronavirus tiene cinco etapas: preparación del cuerpo, trámite administrativo para que la familia lo reclame, traslado controlado al cementerio, entierro y desinfección del vehículo donde transporten los restos.
Siguiendo las tradiciones de nuestro pueblo, cabe señalar de entrada que los fallecidos por esta enfermedad no pueden ser velados. Así que el velorio de siete días y la misa en la iglesia quedan totalmente descartados. ¿Por qué? La razón es sencilla: se considera que los cadáveres pueden continuar esparciendo la enfermedad y este tipo de ceremonias tradicionales aumentarían el número de contagiados.
Si un salvadoreño o salvadoreña muere por COVID-19 en casa, lo primero que los familiares deben hacer es contactar a las autoridades para que ellos den el debido manejo del cuerpo. Estos deberán colocar el cuerpo en una bolsa negra debidamente marcada con signos de riesgo biológico. Los familiares proporcionan el ataúd en el que serán enterrados. Aunque los velorios están prohibidos, los familiares pueden realizar una breve ceremonia religiosa en el cementerio antes del entierro.
De fallecer en un centro de salud, el personal médico que estará en contacto con el cuerpo deberá utilizar la protección de bioseguridad requerido. El lugar en el que estuvo el paciente será desinfectado a profundidad y luego se procederá a seguir los pasos arriba mencionados: los cadáveres siempre deben ir en doble bolsa negra marcada con signos de riesgo biológico. Los familiares serán contactados para los arreglos del entierro y para que puedan proporcionar el feretro.
“Cuando fallezca un paciente y no sea reclamado por sus familiares, el cuerpo será inhumado en el lugar que designen las autoridades del MINSAL, se anotarán las características del fallecido y se levantará acta”, informaron las autoridades.