Pequeños negocios durante la cuarentena: “Estamos viendo cómo sobrevivimos”

EL SALVADOR. – “Nosotros vivimos de los turistas y por ahora no hay. Estamos viendo cómo sobrevivimos”, relata Rodrigo Barraza, salvadoreño dedicado al rubro de la hotelería. Su lamento lo comparten gran cantidad de empresarios y emprendedores que están “reventados” a causa de las medidas restrictivas que ha traído consigo la pandemia de salud del Coronavirus.
Aunque las puertas de los negocios se han cerrado y la circulación de clientes se ha detenido, los pagos de planilla, de impuestos y de alquiler siguen golpeando el bolsillo como si nada. “Han existido momentos difíciles, pero no como ahora: sin vender nada y estar pagando alquiler, pagarle a los empleados porque el Seguro no va a responder, impuestos municipales, el IVA, la declaración de renta que ya toca este mes”, relató Mario Cáceres, dueño del almacén Lollipop, ubicado en la ciudad de Sonsonate.
Angela Escobar, socia de una empresa que brinda asesorías de recursos humanos a otras compañías, se las ha sorteado para mantener la empresa viva junto a sus socios apoyándose en sus ahorros y dinero prestado. “Con la pyme el tema es que uno cobra para pagar cada 15. No es que uno tenga respaldo de $30,000 para pagar por tres meses. No. Uno va cobrando, pagando, cobrando, pagando”, dijo.
Según Jorge Hasbun, presidente de la CAMARASAL, los representantes de la Empresa Privada ya llevan 10 días elaborando un paquete de medidas económicas con el gobierno que estarían destinadas a brindar un respiro a los empresarios que actualmente se encuentran con la soga al cuello. También anunció una reunión para mañana con el ministro de Trabajo, Rolando Castro.
El tiempo apremia. Las medidas económicas que se estén cocinando en estas reuniones deberían de estar listas y anunciadas antes de finalizar la primera quincena de este mes. Muchos empresarios no podrán soportar la carga, bajo las circunstancias actuales, que requiere mantener un negocio vivo sin recibir ningún ingreso.
Se estima que actualmente hay al menos unos 700,000 empleos en peligro. La CAMARASAL calcula, además, que un 50% de sus agremiados se encuentran al borde de cerrar operaciones de manera definitiva.