En plena crisis por el COVID-19, Alabí gasta $54,000 del ministerio de Salud para remodelar su oficina

EL SALVADOR. – Creería el pueblo salvadoreño que, en plena pandemia del Coronavirus, los fondos públicos tendrían como prioridad la salud de los enfermos y la seguridad de los médicos y enfermeras que arriesgan su vida en la primera línea de defensa. Pero tal parece que el ministro de Salud, Francisco Alabí, ha tenido otras cosas en mente durante la crisis, pues se mandó a remodelar su oficina a un costo de $54,000 para el ministerio de Salud.
Así lo ha revelado una investigación internacional de Salud con Lupa, la cual indica que el “proyecto” de remodelación de la oficina de Alabí “supera la inversión que el Gobierno destinó para adaptar seis hospitales públicos con el objetivo de enfrentar la emergencia”.
Así es que mientras médicos y enfermeras morían porque el gobierno no les pudo suministrar las mascarillas y demás equipo de protección requerido, el ministro de Salud gastaba $1,300 en un mueble para el café.
El gasto no solo es inapropiado e inverosímil en estos tiempos, sino que también padece de irregularidades, como ha ocurrido en un buen número de contratos firmados por Alabí. “Su ejecución fue asignada a una empresa cuyo representante es hermano de la asistente del actual ministro, que obtuvo dos contratos: uno para las labores de demolición y construcción, y la otra para la adquisición de equipo y mobiliario”, se lee en la investigación.
Además, la adjudicación del contrato se otorgó de manera exprés y sin seguir los lineamientos de la LACAP, la cual estipula que si el gasto sobrepasa los 6 mil dólares (20 salarios mínimos) debe quedar constancia en Comprasal de que se generó competencia con al menos tres proveedores. Esto nunca ocurrió.
Aunque la ley lo manda, en el portal tampoco se ha informado cuál empresa ganó la adjudicación. La investigación detalla que la adjudicación del contrato se hizo a Richard Antonio Márquez Monge, hermano de Bitia Marthely Márquez, la asistente de Alabí y su suplente en el Consejo Directivo del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS).
Luego de destaparse las órdenes de compra y los hechos, Alabí publicó en su cuenta de Twitter que “lo que estamos construyendo no es ni mi oficina ni una estación de café. Es un moderno centro de monitoreo que nos servirá para un mejor control de esta pandemia.”