Columnista de Wall Street Journal cuestiona a Bukele por pacto con maras y abusos de poder

EL SALVADOR. – El primer ejemplo que la columnista del Wall Street Journal, Mary Anastia O’Grady, pone de los peligros entre la actual relación del gobierno del presidente Donald Trump con los países de la región centroamericana es el del presidente salvadoreño Nayib Bukele, “quien ha sido ampliamente halagado como un buen amigo de los Estados Unidos, pero que no es tan bueno después de todo”, se lee en el artículo.
O’Grady habla en su columna de cómo el gobierno estadounidense ha adoptado una postura displicente con los países centroamericanos, especialmente después de consolidar los acuerdos del Triángulo Norte y otras alianzas con México. Acuerdos del tipo “dame que te doy”, con Estados Unidos apoyando económicamente a la región a cambio de que estos adopten medidas más estrictas y proactivas para reducir la migración hacia el norte.
Con tal de que el “stop” a la migración masiva siga en efecto, el gobierno de Trump hace la vista gorda a problemáticas serias en países como El Salvador. “Al pretender ignorar la falta de voluntad política de adherirse al estado de derecho, la administración Trump abre la puerta a futuros desastres humanitarios”, escribe la estadounidense.
La columnista de Wall Street Journal resalta los diversos atropellos a la Constitución en los que ha incurrido el mandatario salvadoreño y su continuo irrespeto a la institucionalidad y a los otros poderes del Estado.
“En su primer año de gobierno, ha demostrado ser un ambicioso populista con una deriva autoritaria”, indica, pasando a mencionar lo acontecido en el 9F.
También repasa las diversas violaciones a los Derechos Humanos registradas durante la pandemia, especialmente en los meses de cuarentena estricta en los que muchos ciudadanos fueron detenidos ilegalmente.
Para culminar, también pone el reflector sobre la reciente investigación de El Faro que implica al presidente y sus funcionarios públicos más allegados en negociaciones con pandillas para reducir estrepitosamente las cifras de homicidios y conseguir apoyo electoral.